En junio de 2006 la ciudad de Barcelona se convirtió en el tablero de juego de una insólita partida: más de doscientos Mossos enfrentados a una sombra de la que sólo tenían una imagen borrosa. Una mujer, ni muy alta, ni muy baja, ni muy grande, ni muy joven, había empezado a asaltar mujeres mayores en sus domicilios.