Tirso siente un gran vacío. Su vida sin Irene y sin la ferretería se le está haciendo cuesta arriba. Por si esto fuera poco, el barrio cada vez está peor y Pepe, harto de la delincuencia, decide poner a la venta el bar para irse a vivir a Cádiz. Por su parte, Irene no es feliz en el lujoso chalet donde vive con su madre. Además, Ezequiel sale de la cárcel y vuelve al barrio.