En el curso de la defensa de su nuevo cliente, un hombre que trata de hacer revocar la condena a muerte que le fuera impuesta cuando Peter era procurador general del condado, Alicia acepta pasar una noche en la cárcel con su esposo con un permiso de visita conyugal pues ello permite que su esposo le dé información valiosa para el juicio en condiciones de confidencialidad.