Vanni, el padre de Nerino, casi ha cumplido su condena y está a punto de salir de prisión. Había sido detenido cuatro años antes por un robo a mano armada. Al capitán Anceschi y su superior les gustaría que Vanni se infiltrara en la pandilla de la que formaba parte. Sin embargo, el hombre no tiene intención de colaborar con los Carabinieri: sabe que ser delator significa arriesgar su vida. Pero la idea de redimirse le hace cambiar de opinión.