Por fin llega Antonio de Carvajal y Cifuentes a La Promesa, donde es recibido con honores. Los Marqueses, Fernando y Margarita, lo agasajan constantemente, pese a la intención del hijo del duque de pasar tiempo con Martina a solas. Por eso le molesta especialmente, aunque lo oculte, que Curro haya sido asignado como carabina de Martina. La situación no puede ser más incómoda para el muchacho, que buscará en Ramona la forma de evadirse de su pesarosa obligación. Pía parece estar mejorando, pero la única forma de estar seguros es adquiriendo un medicamento específico. Jana tendrá que acudir a un viejo aliado en estos menesteres si quiere conseguirlo. Salvador, por fin, empieza a abandonar su actitud arisca, y supone un gran apoyo para Candela, que sigue inconsolable por la desaparición del niño. El resto del servicio se debate entre hacer público ante los marqueses que han secuestrado al bebé de Pía, o seguir callando.