El proceso de expropiación de Mirador de Montepinar sigue adelante ante la perplejidad de los vecinos, que asisten impotentes al levantamiento de acta. Los Recio intentan arreglar su vida sexual yendo a clases de sexo tántrico. Alba les comunica su deseo de ser madre. Solidarizado con su precaria situación laboral, Bruno contrata a Ongombo como empleado doméstico.