Koke descubre que una rama de la mafia china, es la que busca las planchas. Koke y la hermana del joven al que busca, consiguen escapar del complejo y Seaghost abandona el trabajo cuando descubre que sus clientes no son de fiar. Sin embargo secuestran a la joven que contrató a Koke y no tienen más remedio que negociar la liberación de los rehenes a cambio de las planchas.