Al oye en la radio que el avión en el que su jefe iba de vacaciones a Hawai se ha estrellado en el océano y que apenas ha habido supervivientes. Dispuesto a hacerse notar, se gasta el dinero de las vacaciones en un enorme ramo de flores para la familia. Sin embargo, resulta que el jefe ha sido uno de los escasos supervivientes, por lo que la familia regala todas las flores sin que éste haya llegado a ver el hermoso ramo de los Bundy. Al, ofendido, decide que, o su jefe reconoce por primera vez la gran labor que está haciendo en la tienda y le estrecha la mano, o dimitirá de inmediato.