Al y Peggy se ven atacados en mitad de la noche por un lunático con un cuchillo. ¿Será el temido asesino de Dumpwater? Todo así lo indica. Los Bundy se deciden por fin a abandonar el pueblo, pero alguien les ha rajado las ruedas del coche... La trama se enmaraña aún más; el único puente de acceso a la localidad ha sido arrastrado por la riada y nadie puede salir ni entrar. Por si eso fuera poco, Peggy ha sido raptada y lo más posible es que esté en manos del maníaco del hacha.