Avery Parker, de quince años de edad, está volviendo a su casa caminando por el parque Fort Tyron cuando la rodea un grupo de muchachos pendencieros. Las burlas y los chistes se intensifican y se tornan en empujones y golpes que hacen que Avery termine en el hospital y tres de los atacantes arrestados. Cuando la oficina del fiscal de distrito decide entablar juicio contra uno de los culpables, Darius McCrae, de quince años, como adulto, la UVE se debate sobre si el castigo es acorde al crimen, y debe lidiar con el dolor de las dos familias involucradas.