Un bebé de trece meses es secuestrado y la madre acusa a su ex marido, un jugador compulsivo. El caso provoca una cobertura mediática que hacen que la madre, tras una entrevista muy agresiva, decida suicidarse. Las pruebas de ADN practicadas a las prendas del bebé desvelan que el niño es hijo biológico de otro hombre y tras aparecer el niño en buenas condiciones, la forense sugiere hacer unas pruebas de ADN para determinar quién es el padre biológico del niño y autor del secuestro.