En noviembre de 2004, los Mossos encuentran en Lleida el cadáver de María Isabel Bascuñana envuelto con bolsas de basura en el maletero de su coche. Varias pistas llevan a los investigadores hasta un vigilante de parking. Una vez detenido, el sospechoso asegura que es víctima de una confabulación. Poco a poco, la policía descubre que el hombre tiene un pasado sorprendente en su país.