En la temporada de trufas, don Matteo acude a la iglesia de San Antonio para celebrar la tradicional bendición de los animales y se encuentra con que la noche anterior alguien envenenó a todos los perros entrenados para buscar trufas. Phoenix es el único perro que se salvó de la matanza y los dueños de los perros envenenados denuncian ante el oficial Cecchini que ha sido obra de Folena, dueño del único perro superviviente. Folena solicita la ayuda de don Matteo ante una encerrona difícil de resolver.