El cadáver de un hombre aparece en un tiovivo ambulante instalado en Gubbio y, junto a él, el propietario de la atracción yace inconsciente. Cuando el feriante despierta, no recuerda nada de lo sucedido, pero ingresa en prisión acusado de homicidio al conocerse que la víctima iba a casarse con su ex mujer.