Los Morancos llegan al País Vasco con una preocupación: César no puede perder peso. Quedan pocas etapas para concluir este particular camino, por lo que el objetivo de ponerse en forma parece misión imposible. En esta parte de la ruta, el dúo humorístico hace una parada en Ondárroa para descender en trainera, una embarcación de remo con la que se hacen competiciones deportivas. Una vez en Motrico (Mutriku), conocen a dos hermanos aizkolaris con los que practican este deporte vasco tradicional basado en el corte de troncos con hacha. Además, tocan la txalaparta, un instrumento vasco de percusión; cocinan unos chipirones en una sociedad gastronómica vasca; ordeñan ovejas para hacer quesos; descienden en goitibera, un vehículo sin motor utilizado para competiciones; y practican la cesta punta. César y Jorge Cadaval terminan esta etapa del camino poniendo su placa en Motrico y dedican una canción a la gente de la zona que se ha implicado abriendo las puertas de sus casas y negocios.