Batiatus consigue que Gannicus aparezca en primer lugar en los juegos de Quintillius Varis. Sin embargo, no está preparado para el regreso repentino de su padre, Titus. El patriarca trata a su hijo con desdén y conoce todas las conspiraciones que ha estado tramando con Tullius. Titus se mofa cuando descubre que Gannicus representará al ludus en los juegos e intenta deshacer la estrategia de Batiatus poniendo al novato Crixus en el lugar de Gannicus. Por otra parte, Titus logra reparar la mala relación que le une a Tullius siguiendo sus directrices y consiguiendo que sus propios hombres se enfrenten entre ellos. Auctus y Crixus se baten en un combate que pondrá a Auctus al borde de la muerte. Mientras tanto, Oenomaus se siente frustrado porque cree no merecer el cargo de Doctore. Por último, mientras padre e hijo están ausentes, Varis regresa a la casa de Batiatus con su amigo Cossutius para experimentar los placeres de su anterior visita.