Traoré, un gendarme maliense, investiga por su cuenta a los autores de la masacre de Makou y pide ayuda al ejército francés. Aunque el mandato de Barkhane no permite la intervención en las luchas interétnicas, Lefort envía a Anaïs y algunos hombres, argumentando que si tales actos quedan impunes, los terroristas reclutarán cada vez más de la población debilitada. Por otro lado, Ravalet y Mendy se unen para localizar a un grupo terrorista armado posiblemente vinculado a la emboscada.