Peggy quiere obligar a Al a que la acompañe a la boda de su prima Harriet, y éste se niega en redondo. Cuando su mujer le dice que si no está dispuesto a ceder no hace falta que se moleste en volver a casa esa noche, Al se lo toma al pie de la letra. Esa noche, Al se refugia en el apartamento de su compañero de trabajo, Luke, que vive en un piso en el que todos los demás inquilinos son bellas azafatas, y acaba sentado en el sofá junto a una hermosa rubia que se niega a pasar la noche sola. ¿Sucumbirá Al a la tentación?