Los Bundy celebran su 16 aniversario de casados. Al piensa regalarle a Peggy un hermoso y carísimo reloj. Cuando ésta se entera, por mediación de Kelly y Bud, se avergüenza de no haberle comprado nada a Al. Afortunadamente, para eso esta la tarjeta, así que ni corta ni perezosa se acerca a la tienda y adquiere el set de herramientas que Al lleva tanto tiempo deseando. El partiarca de los Bundy, mientras tanto, tiene problemas en la joyería, ya que no le queda crédito suficiente como para comprar el reloj. Como cree que Peggy no espera nada, decide volver a casa con las manos vacías.