Bud y Kelly están enfermos y han dejado de ir a la escuela. Tenerlos todo el día en casa está volviendo loca a Peggy, que necesita una escapada urgente. Steve sugiere a Al que la lleve a pasar la noche a un motel. Steve y Marcy se quedan haciendo de canguros d elos niños y acaban por tener una de las peores experiencias de su vida. Dispuesta a conseguir que los Bundy no vuelvan a pedirle jamás semejante favor, Marcy decide dejarle a Kelly que haga precisamente la única cosa que Peggy le había prohibido expresamente: montar una fiesta en casa.